Una bombita de tiempo o un molesto cayo que bien puede seguir soportando Luis Ernesto Derbez, es el malogrado Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM). De las múltiples ocupaciones, quehaceres y preocupaciones de nuestro secretario de Economía quizá no se incluya este disecado inventario empresarial que para muchos está más que muerto. Pero tal vez valga la pena recuperarlo ahora que se tiene puesto todo el interés en los microcréditos y en buscar plataformas exportadoras para amortiguar la desaceleración en Estados Unidos.
Hacer que ahora sí, “HOY”, sirva. Si es cierto que se logró establecer una amplia base de datos empresarial, por qué no utilizar esa infraestructura para apoyar el otorgamiento de microcréditos, además de que podría servir de suculento pretexto para, no obligar, a que los microchangarros busquen la formalidad. Una especie de microCURP para agilizar y soportar los créditos. Por otro lado, hacer que efectivamente las cámaras empresariales se comprometan a enlazar comercialmente a las empresas dentro y fuera del país, apoyadas con la banca de fomento y las instituciones involucradas en el tema. Hacer una verdadera red de promoción exportadora y de desarrollo del mercado interno.
En el pasado hubo quejas de que algunos organismos empresariales utilizaban los recursos del SIEM para autofinanciarse, lo cual está prohibido por la Ley de Cámaras. Hasta el momento se desconocen auditorías sobre los manejos de ese dinero. Un factor preocupante es que para este año las autoridades de Economía no han publicado las tarifas del SIEM; para muchos industriales y empresarios podría significar que se aplicarán las mismas tarifas de 2000, que por cierto no se han incrementado desde su operación, hace 3 ó 4 años, por problemas y presiones políticas, que el equipo de Herminio Blanco Mendoza no encaró y propició que pesara más la oposición en lugar de imponer buenos resultados.
Con base en la encuesta nacional de negocios 1999 del INEGI, existen 4 millones 218,568 de establecimientos industriales, comerciales y de servicios, sorprendentemente 0.053% están registradas en alguna cámara de su actividad y 0.025% en el SIEM. Lo más dramático es que 2 millones 974,788 establecimiento reportan no estar en “ningún” tipo de registro. Algo también de preocupación es que del total de establecimientos, 1 millón 596,221 sí están registrados ante Hacienda, pero 2 millones 616,670 no lo están, y sólo 5,677 no sabe. El famoso reglamento de la Ley de Cámaras que serviría para dejar en claro las sanciones y los montos por no registrarse al SIEM nunca se emitió, la respuesta fue apatía y desinterés de las empresas. Al fin y al cabo nadie los obligaría sin reglamento.
Según los que saben, la traba jurídica es que por tratarse de un sistema de planeación, corresponde a Gobernación emitirlo, y no a la hoy nombrada Economía. En lo que es uno u otro, parece que nadie quiere revivir a este disecado sistema. El mismo Luis Ernesto Derbez sostiene que ahí está, que es competencia de las cámaras su operación. Sí, pero su aplicación y cumplimiento es competencia de las autoridades, al menos hasta que cambie la legislación. *** CONTINUAN LAS SORPRESAS en Concamin. En la reunión de Consejo Directivo de la Canacintra se realizó la pasarela de los candidatos que aspiran a la presidencia de la cúpula industrial. Al término de cada una de sus las intervenciones Pedro Strassburger y Guillermo Schiefer, declinaron en favor de León Halkin.
Con ello, se abre el camino presidencial para dos contrincantes: León y el regiomontano Javier Prieto, con lo que se avisoraría una contienda cerrada, a menos que en aras de la unidad industrial, como siempre ocurrió en el pasado, se decidiera eliminar a uno